domingo, 29 de diciembre de 2013

¿DERECHO A DECIDIR?

El derecho a decidir puede examinarse desde dos perspectivas, la lingüística y la política. Los políticos independentistas, sostienen que el debate político catalán debe articularse en términos claros y significativos, para evitar confusión y frustración entre los ciudadanos.
Pero los independentistas dejan la claridad y la sustituyen por el “derecho a decidir”, su deseo de “derecho de autodeterminación” o el “derecho de secesión”. Los motivos de su gran éxito son fáciles de entender. Todo el mundo desea tener derechos decisivos y parece una característica natural de las democracias. En Cataluña el derecho a decidir se ha convertido en casi un asunto incuestionable, pues si alguien se atreve a disputar este derecho es rápidamente acusado de no ser demócrata. Según los partidarios al derecho a decidir, esto debe ejercerse por medio de un referéndum o consulta sobre el futuro de Cataluña.
Pero es que hasta ahora este “derecho a decidir” no ha sido claramente definido. ¿Decidir qué?
Decidir es un verbo transitivo y necesariamente debe de ir seguido de un objeto directo para que pueda tener significado. Tanto en catalán “dret a decidir” y como en castellano “derecho a decidir” hay un uso absoluto del verbo decidir sin identificar el objeto directo al que se refiere. Los políticos autores del nacionalismo, así lo presentan, aunque entre los ciudadanos se pueden escuchar su defensa, para la independencia o simplemente como defensa de un comportamiento democrático.
Pero no olvidemos que el “derecho a decidir” no tiene jurídica o políticamente equivalente en los países vecinos de España. La traducción directa de este término en otros idiomas es todavía más vaga y desprovista de significado alguno en el contexto político. Ello nos confirma que la idea de que el “derecho a decidir” es mucho menos universal, en un concepto menos democrático de los que los partidarios de tal derecho nos quieren vender en Cataluña.
No obstante el derecho de autodeterminación es un concepto mucho más claro en Cataluña, en España y cualquier otro idioma y país.
¿Por qué entonces introducen un concepto tan vago, como el “derecho a decidir”, cuando tenemos una expresión que deja más claramente de lo que queremos hablar, como el “derecho de autodeterminación” en español y “dret d’autodeterminació” en catalán? Una de las respuestas es que con la falta de concreción en el significado, permite que cada uno entienda lo que desee entender. Este concepto no es espontaneo, sino que forma parte de una campaña bien orquestada. Su origen está en 2003 con el plan Ibarretxe.
Ni el país Vasco, ni Cataluña son colonias, sino regiones prosperas en un país democrático. Tampoco sufren opresión, ni discriminación negativa de España, por lo tanto reivindicando el “derecho de autodeterminación”, que es normalmente asociado con las colonias o las minorías oprimidas en regímenes no democráticos, se convertía en un problema.
Tomando esta expresión vaga e inconcreta, la adopción y promoción del neologismo “derecho a decidir” por los independentistas, significa un cambio en su estrategia que refleja una creciente preocupación por el reconocimiento internacional. Pero no olvidemos que en Cataluña se crea la “Plataforma pel Dret a Decidir” (PDD) en 2006, con el apoyo financiero de la Generalitat de Catalunya.
En 2011, el Centro Unesco de Cataluña público un informe titulado “del derecho de autodeterminación al derecho de decidir”. El informe fue firmado por Jaume López Hernández que además fue también uno de los fundadores y Presidente de la PDD. Este documento propone algunas “propuestas para la acción”, justifican esta causa como principio de independencia, pero partiendo del principio de radicalismo democrático (¿?) y el regreso de la democracia directa………pero ¿es un derecho?
El derecho a decidir expresa una opinión particular sobre cómo debe funcionar un sistema político, en lugar de un derecho concreto. Es un grito a la democracia directa en vez de la democracia representativa, como actualmente está en funcionamiento en los países occidentales.
Este modelo (democracia directa), también se conoce como “plebiscitario”  o “Democracia ateniense” que faculta a los ciudadanos y proporciona legitimidad a las decisiones. Pero sus desventajas en términos prácticos han sido sustituidas por el modelo de democracia representativa. Algunos de los problemas de la democracia directa, sobre todo en el caso del “derecho a decidir”, son las pocas opciones que se le ofrecen al ciudadano y además fijadas previamente. Además los ciudadanos pueden estar interesados o no, con las opciones presentadas, pero no tienen opción. Por último, quien tiene el poder para componer la pregunta, tiene la capacidad de moldear su resultado.
En Cataluña, una Comisión creada desde el poder político (independentistas), han redactado las preguntas y por ello la falta de neutralidad es evidente. Además el concepto vago de “derecho a decidir” no es claramente especificado en ningún texto legal o internacional. La noción de “libertad de elección” es inherente a los sistemas democráticos y por ello sería necesario definir y acordar antes, su naturaleza y alcance.
La ausencia de tal derecho a decidir o el derecho de autodeterminación en el ordenamiento  jurídico español, como en la mayoría de los sistemas jurídicos del mundo, ha sido utilizado por los independentistas catalanes para denunciar un conflicto entre la “legitimidad política” y la “legalidad”, la “voluntad de un pueblo” contra algo tan prosaico como la “ley” y particularmente contra la Constitución española.   Algunos tienen la desfachatez de referirse esto como el dilema de la “ley contra la democracia”.
Pero todo ello es solo fundamentalmente un debate artificial creado con un objetivo político. No debemos olvidar que es precisamente el estado de derecho el que garantiza los derechos democráticos, como la protección de las minorías y de las libertades individuales. Reconocer algunas ventajas y desventajas entre “legitimidad popular” y “legalidad” es un sano ejercicio crítico.  Pero negar la legitimidad de la Constitución y un sistema legal democrático, como el español, para acoger un “derecho” que incluso sus partidarios no consiguen definir, es un ejercicio peligroso de una sola dirección hacia el fascismo.
Bajo el marco legal vigente, ellos saben que una consulta como el planteado, sería ilegal y sin efectos vinculantes. Parece que se está convirtiendo este derecho, en un derecho a expresar una opinión sobre una cuestión particular definida por algunos partidos políticos. Pero para ello y aunque sea ilegal, no fuera vinculante y su poca claridad, se están invirtiendo grandes cantidades de dinero público, esfuerzo político en Cataluña para su promoción. El objetivo es incierto, sobre todo por su poca claridad y definición de sus objetivos, así como de sus consecuencias.
Es el momento de que los políticos comiencen a llamar las cosas por su nombre, para evitar confusión, malos entendidos y frustración entre los ciudadanos.
De hecho, ahora algunos aprovechando la popularidad del movimiento comienzan a retirar sus máscaras y abandonan los eufemismos.
Pero sobre todo es obligación de estos políticos que envueltos en la mentira permanente, se sinceren y expresen con claridad sus objetivos y sus consecuencias reales y crudas.

11 comentarios:

  1. El derecho a decidir de unos pocos negando el derecho a decidir de todos, todos nosotros a los cuales nos corresponde la soberanía nacional. ¿Eso es democracia?

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  2. De Rosa Díez en el congreso: "...Por eso traemos aquí el debate y a nuestro juicio lo traemos con claridad, con cuatro puntos, que creo
    que expresan con mucha claridad principios democráticos que no creí que hiciera falta destacar en esta
    tribuna, pero, a la vista de la confusión del debate, nos parece importante que aquí se destaquen. Un
    primer punto es proclamar que bajo ningún concepto una parte de la ciudadanía puede decidir sobre la
    organización territorial del Estado ni sobre cualquier otro aspecto o precepto constitucional. Parece obvio
    que una parte no pueda decidir sobre todos; en este caso, sobre el territorio o sobre cualquier precepto
    constitucional. En segundo lugar, afirmar que ninguna autoridad ni poder público tiene derecho a privar a
    todos o parte de los ciudadanos residentes en su territorio de los derechos y libertades que la Constitución
    nos reconoce. En tercer lugar, señorías, proclamar que en un Estado social, democrático y de derecho
    nadie, absolutamente nadie está por encima de la ley y no puede permitirse que se trocee el cuerpo de la
    ciudadanía, ni redefinir el sujeto de la soberanía nacional; ni trocear el cuerpo de la ciudadanía ni redefinir
    el sujeto de la soberanía nacional, que no es otro que el pueblo español, único que puede ejercer, por los
    cauces legalmente establecidos —y esto no es menor, por los cauces legalmente establecidos— el
    derecho a decidir sobre la unidad de la nación y los derechos del conjunto de los ciudadanos. Las dos cve: DSCD-10-PL-151DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
    PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE
    Núm. 151 29 de octubre de 2013 Pág. 49
    cosas son importantes: por los cauces establecidos legalmente, el derecho a decidir sobre la unidad de la
    nación y sobre los derechos del conjunto de los ciudadanos..."

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    1. Hola Jegio: Estoy completamente de acuerdo en lo que indicas, así como lo que expuso Rosa Díaz. Pero no te olvides que la forma de razonar es tan patéticamente absurda de los nacionalistas, que entrar en la soberanía de todo los españoles es para ellos alimentar sus razones necias. Por ello yo solo expongo lo que ellos dicen dando el significado y la valoración de sus palabras y actos, para así, sin entrar en la ley que ellos desprecian cuando les interesa, descubrir sus payasadas en sus planteamientos. Recuerda que cada nacionalista es en realidad un necio (según la Real Academia de Lengua) sin título. Saludos Jegio.

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  3. Si extrapolamos el argumento del "derecho a decidir" a cualquier nación, ... España es igualmente una nación y yo, como español, tengo derecho, por tanto, a decidir sobre su futuro que pasa, entre otras cosas, por la independencia de cualquiera de sus territorios. Luego yo también tendría que votar en ese referéndum. Es un absurdo. Saludos y Feliz Navidad.

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  4. Algún motivo en particular de tu cese en tus publicaciones ?????

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  5. Es una lástima que haya cesado su actividad. Espero que sea sólo temporal y vuelva usted a aportar su analisis de la situación así como a sacar de la ignorancia a los miles de personas que se creen las necedades que les cuentan los salvapatrias y demás vividores que hay en la ANC y organizaciones similares
    Un saludo y muchas gracias por su blog, espero que reanude su acitvidad cuanto antes

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  6. Que pena que este blog no sigue en 2014, y en adelante, o es que si que va a seguir :?

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  7. El blog no sigue en 2014 por que han dejado de financiarlo las fuerzas fascistas españolas, jejeje. Ala, id a buscar otro blog donde vomitar todo vuestro veneno.

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  8. "fuerzas fascistas españolas", ¿tú eres tonto o te lo haces? Él que se puede ir a buscar otro blog donde vomitar veneno eres tú.

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  9. Soy Joan-Juan, el que escribía en este blog. El motivo de mi ausencia ha sido que alguien me metió algo y no me permite publicar nada, pues sale todo negro. Lo he llevado a expertos y nadie sabe cómo solucionármelo. Para escribir aquí ahora, debo entrar como anónimo para escribir lo que estáis leyendo. Gracias y lo siento. Por cierto no cobraba de nadie por lo que escribía, cosa que los independentistas todos sacan tajada de lo que hacen. NO DEJÉIS DE LUCHAR POR CATALUÑA Y POR ESPAÑA.

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  10. Bueno, bueno, bueno ...

    El derecho popular a decidir no existe y no existirá jamás. Solo cabe este concepto en mentes de engañabobos y en el populacho que peca de ingenuo e ignorante al mismo tiempo. Si este derecho hubiese existindo alguna vez, os aseguro que hoy las cosas serían muy diferentes.

    El populacho, el único derecho que tiene y tendrá es el derecho de elegir en lo que otros (los que mandan y cortan el jamón) ya han decidido por nosotros.

    Así funcionan las cosas.

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