El nazionalismo de Artur Mas

Hace unos días, alguien me decía que exageraba al comparar el nacionalismo catalán, con el nacionalismo de Hitler. Puede ser cierto que esta comparación pueda parecer exagerada,  pero solo es una cuestión de querer o no querer verlo, pues si bien es verdad que Cataluña no existe el exterminio, también es verdad que en la Alemania nazi, no existió el exterminio en los años de subida al poder del nacionalismo. Pero si debo reconocer que en Cataluña, cierto espectro político, desea el poder total, de la misma forma que lo deseo Hitler. Veamos ahora sus parecidos:

La idea principal de todos los nacionalismos es que ellos forman parte de un grupo particular, que les hace distintos a otros, sea por lazos históricos, lingüísticos o culturales. Como decía Isaiah Berlín, estos valores carecen de verdad o universalidad.  Es simplemente “los nuestros” y aquel que no lo asuma queda proscrito de la comunidad. La primera condición para que un nacionalismo pueda encontrar apoyo social, es la existencia de un enemigo externo. Debe de haber previamente sensación de agravio y si no existe, inventarlo, como así lo hizo Hitler con los judíos o Stalin en los procesos de Moscú.

En la Alemania nazi, se obligo a jurar lealtad al Fuhrer a maestros, jueces y funcionarios, como velador de los valores de la nación. En Cataluña nadie ha jurado lealtad (que se sepa, claro), pero los medios de comunicación están muy, muy bien subvencionados y ellos les hace cómplices al silenciar corrupciones y apoyar las paranoias.

Hitler repetía en cada momento, que “los judíos nos roban”, que “los judíos son la causa de nuestros problemas”. ¿Necesito comparar estas frases? Es por eso que Arthur Mas necesita presentar en sus discursos a Cataluña como la victima de España.

El nacionalismo descubre que el yo necesita del otro para tomar conciencia de si, que solo puede desarrollarse  si tiene un antagonista externo. La negación del otro para afirmar la entidad propia es la filosofía necesaria del nacionalismo. Este antagonista, como nunca existe, debe inventarse y presentarse como victima, frente el otro. Por esto Artur Mas necesita presentar en su discurso a Cataluña como victima de España.

Pero de la misma manera que requieren de un enemigo para aglutinar a los suyos, el nacionalismo exige una adhesión simétrica entre sus miembros y estos deben anteponer siempre sus lazos solidarios, sobre cualquier anhelo de justicia o solidaridad.

Nadie puede entender nada en España, ni en Cataluña, si no se reflexiona sobre lo perverso del nacionalismo, que no es una ideología, sino en una creencia, basada en el sentimiento. No podemos esperar un comportamiento razonado en los momentos de las votaciones, porque los nacionalistas desprecian los valores éticos y políticos sobre los que se sustenta la cultura europea.  Artur Mas no desea construir una nación, sino que lo que el desea, es ser el nuevo Fuhrer de Cataluña, el dueño, el jefe de la tribu.

Como sino entender esta paranoia, donde el causante durante los dos últimos años del mayor incremento desmesurado de la deuda catalana, el causante de los recortes mas duros hacia la población en los últimos 35 años, el causante de la mayor evasión de empresas catalanas hacia otras regiones, así como el destape de la corrupción de CiU, pueda tener la oportunidad de tener mayoría absoluta con planteamientos tan ruinosos para los propios catalanes como el independentismo. Los manuales de las SS en Alemania decía: “para lavar un cerebro, hay que dirigirse al corazón”

Los independentistas que ahora piden la independencia no hablan en un lenguaje real, sino en un espacio mítico. El mito, seria que una Cataluña independiente, seria el fin  de todos los problemas históricos, presentes y futuros. Estos nacionalistas concretamente CiU y ERC, son los reyes de la mentira, pero mentir a los españoles, no importa, pues son el enemigo,  pero mentir a los catalanes es un suicidio a la larga.

¿Por qué engañan? Porque presentan a los catalanes el discurso del mítico independentismo, como el paraíso y ocultan en gran medida el discurso de la realidad. Esta realidad es que pasadas unas semanas de alegrías, de celebraciones, la Cataluña independiente, se encontraría fuera de la UE, que tendría que crear una moneda propia y que esta seria muy, muy devaluada, que numerosas empresas estarían marchando, que esto causaría todavía mas paro, que las pensiones sufrirían grandes recortes, así como muchos logros sociales. Que Cataluña debería esperar no menos de 10 años para ser miembro de la UE y que estos 10 años serian de desoladora penuria para los catalanes. Recuerden que los vecinos de Cataluña serian Francia y España, lo que significaría, poca o nula simpatía por los años de engaños y reclamaciones a los dos países. Las empresas que decidieran quedarse en Cataluña, solo disfrutarían de un mercado interno pequeño, pues su salida al exterior seria gravado con aranceles. Dichas estas realidades, yo me pregunto: ¿Qué sucedería cuando los catalanes descubrieran la realidad en sus ruinas, tras comprobar las mentiras del mesianismo de Mas?

Seamos optimistas: Cataluña lleva 15 o 20 años siendo independiente, que las heridas con sus vecinos (España y Francia) se han cerrado mas o menos y que este nuevo Estado catalán vuelve a la UE. El victimismo ya no tendría sentido y Cataluña seria un pequeño Estado europeo y como tal dependiente de sus vecinos.  Se hablaría catalán, pero como en los pequeños países como Holanda o Dinamarca, se hablarían dos idiomas más y lo seguro es que uno de ellos seria el español, como el más hablado.  Los padres del nacionalismo, estarían todavía borrachos de su paranoia, pero desenmascarados de sus mentiras, ellos los verdaderamente creadores de una nueva patria a la que han achicado y ultrajado, pero que sus hijos estarían soñando en salir de ella.

Pero que nadie olvide que toda esta situación, nunca hubiera sido posible sin la complicidad de los muy bien pagados medios de comunicación en Cataluña, pero con especial énfasis en la prensa escrita, donde han antepuesto las suculentas subvenciones, antes que la defensa de los ciudadanos frente la corrupción y sus propios principios como periodistas. Nunca olvidemos a estos entes, que sin sus actuaciones, los catalanes jamás habrían apoyado esta paranoia.

Deseo aportar unos datos sobre el mito del robo de España a Cataluña. Estos datos son en comparación con la Comunidad de Madrid. Veamos:

·        Financiación autonómica, Cataluña gana 561 millones, Madrid pierde  -636 millones

·        Recepción de lo recaudado, Cataluña el 58,1%, Madrid el 17,3%

·        Ingresos recibidos en la financiación (en % del PIB), Cataluña el 7,9%, Madrid el 6,06%

·        Financiación per cápita (en euros), Cataluña 2.093, Madrid 1.768

·        Aportación al Fondo de Garantía, Cataluña 718 millones de euros (21%), Madrid 2.496 millones de euros (73%)

·        Ingresos por el Fondo de Suficiencia, Cataluña recibe 809 millones de euros, Madrid paga 516 millones de euros.

·        Aportación a la caja común de las pensiones, Cataluña recibe 1.200 millones de euros, Madrid paga 3.000 millones de euros.

·        Inversiones extranjeras en España, Cataluña recibe el 12%, Madrid el 76,4%

·        Inversión española en el exterior, Cataluña el 11,1%, Madrid el 50,6%

·        Volumen del PIB, Cataluña 211.000 millones de euros, Madrid 212.000 millones de euros.

Estos datos son realidades y que los mentirosos demuestren lo contrario, pues después de tantos años de llantos, por un expolio inexistente, ¿nadie se pregunta por qué nunca han presentado los números del expolio, a sus ciudadanos en alguno de los 6 canales que controlan de TV?

Cataluña, no puede ser el “país del nunca jamás”, pues la realidad dice, que es la comunidad con mas corrupción de toda España. Pero así y todo sigue siendo la gran victima. Patético y viva los tontos contemporáneos!!

Los catalanes tenemos mañana la palabra y con ello el poder terminar con tanta corrupción de estos nazionalistas, pero no olvidemos que también esta en juego el futuro de Cataluña y deberemos escoger, entre mantenernos como estamos o la miseria y el olvido de Europa.

Para terminar esta pagina, solo reproduciré una frase del catalán nada sospechoso Josep Tarradellas: “Con Pujol ha comenzado la dictadura blanca”

¿Tiene esta frase algún significado para ustedes?