domingo, 30 de diciembre de 2012

Juan Prim y Prats, murió hoy hace 142 años….


Como dice el refrán: “el hombre propone y Dios dispone”. Hace unos días publique que era lo último que publicaría este año y vean como este si (espero) será lo último, pero habiendo publicado dos más desde mi propuesta.
Juan Prim y Prats, murió hoy hace 142 años, el 30 de diciembre de 1870 y deseo publicar un poco de este gran catalán, que para los del club de la estupidez, para los ignorantes nacionalistas y para los adoctrinados, intentan ignorar, pues no cuadra mucho dentro de sus doctrinas.
Juan Prim y Prats, nace en Reus el 6 de diciembre de 1814, en el seno de una familia liberal. Militar, político español y presidente del gobierno (1869-1870). El único presidente de España catalán.
Su fama la gano durante la primera Guerra Carlista. Al inicio de dicha guerra es Capitán General de Cataluña.  Llauder y de Camins, marques del Valle de Ribas, que cuenta con la confianza de la Reina Regente, le encarga la creación y de promover los batallones de Isabel II, en el primero de los cuales, en Reus, se enrola con 19 años Juan Prim que entra en combate el 7 de agosto de 1834.  Sin preparación alguna militar, ni procedía de la nobleza, por lo que los comienzos de Prim en la milicia, son desde los primeros peldaños, como simple combatiente. Desde el primer momento, demuestra una intrepidez y valor, que le llevan al enfrentamiento cuerpo a cuerpo con el enemigo, empezando su aureola de fama merecida al abatir a varios de los jefes de partidas.
En poco tiempo es ascendido a oficial y desde entonces y sin perder su fama de intrépido, es ampliada esta fama como conductor de hambres al combate, se convierte en caudillo. Cada vez su fama aumenta combatiendo siempre en tierras del Principado y consiguiendo ascensos por méritos de tal forma, que cuando termina la guerra es Teniente Coronel Mayor con el grado de Coronel. No ha rechazado ningún combate y ello le lleva a sumar 35 enfrentamientos. La muestra de su valor e implicación personal, lo demuestran sus ocho heridas. En San Miguel de Serradell, se apodera de la bandera del 4º Batallón enemigo, por lo que es condecorado con la Cruz de San Fernando, distinción que vuelve a recibir cuando su unidad está asegurando la peligrosa ruta que une Solsona con Castellvell. En 1869 acaba la guerra, con el Abrazo de Vergara.  Finalizados todos los combates Juan Prim y Prats tiene 26 años y se ha labrado una merecida fama en el ejército. El joven Coronel ha regresado como héroe a Reus y su unidad, el batallón Zamora, realiza servicios de guarnición. Estando en disposición de tiempo libre y con el conocimiento profundo de los problemas de la recién acabada guerra y sus secuelas, así como su implicación en la vida ciudadana, se le abre un nuevo camino, la política.
La salida de España de la Reina Regente entrega el poder al General Baldomero Espartero y en la siguiente convocatoria a Cortes, Prim se presenta como diputado por su Tarragona, siendo elegido sin demasiada oposición. En mal momento elige Prim para entrar en política y compatibilizarlo con lo militar. Es destinado Andalucía, pero al poco tiempo regresa y se implica no solo en asuntos políticos, al decantarse partidario de la vuelta de María Cristina y la declaración de la mayoría de edad de Isabel II, sino también en la solución de los problemas económicos que para Cataluña supuso el librecambismo y la entrada de productos textiles ingleses. Comienzan las protestas de los industriales que son seguidas por los trabajadores y que terminan con graves disturbios y un levantamiento general en el año 1842 que es reprimido, por orden de Espartero, con el bombardeo de la ciudad hasta su capitulación.
El comienzo de las sesiones del Congreso y el Senado en 1843, la oposición de Prim hacia Espartero era manifiesta y se presentó una moción de censura por la medida tomada, al declarar el estado de sitio en diferentes poblaciones, entre las que estaba Barcelona. Ello se traduce en un alzamiento general de moderados y progresistas encabezados por Prim, Narváez y Serrano.
El Coronel Juan Prim y el Capitán  Lorenzo Milans del Bosch, se pronuncian en Reus el 27 de mayo. Dos semanas más tarde el general Zambrano, partidario de Espartero, se presenta a las puertas de la ciudad. La defensa es imposible, solo disponen de las unidades de milicia nacional, mientras Zambrano dispone de más de 7.000 hombres y abundante artillería. Comienza el bombardeo de la ciudad, así como las discusiones entre los defensores y los detractores. Prim consigue parlamentar y una capitulación honrosa, mientras burla el sitio. Sale con 500 hombres y se refugia en Barcelona donde el levantamiento triunfa. Esta acción le comporta la pérdida de confianza de sus conciudadanos, por las desgracias en la defensa de la ciudad, pero la Junta de Barcelona le concedió el grado de brigadier, que es confirmado por el gobierno quien a su vez, le concede los títulos de Conde de Reus y Vizconde del Bruch.
Es destinado a Madrid, pero en poco tiempo regresa, para cumplir una misión que le comporta nuevas enemistades en su tierra natal. La situación es muy tensa en todo el Principado y existe el peligro de que se repitan los sucesos. Parte de los políticos no se identifican con el gobierno que sale después de la declaración de mayor de edad de la joven Isabel II, la situación económica es mala, el pueblo pasa hambre y por ello la revuelta es una realidad, bautizándola como “de la Jamaica”. Prim intenta negociar con políticos y militares. Se muestra públicamente, pero así y todo, recibe el rechazo de los barceloneses. El enfrentamiento está servido e imposible de evitar, la burguesía y los moderados dejan la ciudad y se refugian en Gracia, como hace también Prim con sus tropas. Los combates son violentos. De nuevo los cañones de la Ciudadela y Montjuïc bombardean la ciudad. Controlada la situación, somete a Mataró, Gerona y Figueras. Por estas acciones se le concede el grado de Mariscal de Campo....tenía solo 30 años.
La nación está cansada de las turbulencias, lo que conlleva a los moderados asuman el poder, encabezándolo el general Ramón María Narváez. Prim, como progresista, no se siente cómodo con la Década Moderada y los enemigos se le multiplican, hasta el punto  de ser acusado de conspirar el asesinato de Narváez, Es detenido el 27 de octubre de 1844, sometido a consejo de guerra y condenado a seis años de prisión, que debía de cumplir en las Islas Marianas. La Reina le concede el indulto. Deja España durante casi tres años y viaja por Francia Inglaterra e Italia, así como alguna visita entre medio a su país.
Al regresar a España y para mantenerlo alejado de sus enemigos, fue nombrado por el Ministro de la Guerra, Capital General de Puerto Rico. Solo estuvo 9 meses, que en este tiempo intento mejorar las condiciones de vida en la isla, liberalizando a la nutrida población negra que vivía en régimen de esclavitud.
De regreso entra de nuevo en la política, pero sus paisanos le pasan factura por los sucesos de su ciudad, pero finalmente encuentra apoyos para ser elegido por Vic. Ha dejado de ser novato y en sus intervenciones en la cámara es fogoso, muy hábil y valiente en la defensa de los problemas de Cataluña y en la sesión del 27 de noviembre de 1851, critica que se mantenga todavía el estado de sitio que lleva desde 1843 y con ello la opresión. Por ello le aconsejan pedir licencia para vivir en el extranjero, licencia que se le concede.
Una expansión de Rusia, entra en guerra con Turquía, es la llamada “Guerra de Oriente”, lo que le llama la atención a Prim, por ser distinto a los vividos en las diferentes campañas y solicita al Gobierno que le permitan asistir como observador. La respuesta le sorprende, pues además de concedérselo, le ponen a su disposición, un grupo de militares para que le apoyen en la misión. Dos veces visita el teatro de operaciones, la primera entre septiembre y diciembre de 1853 y la segunda entre abril y septiembre de 1854. Se incorpora al cuartel general de Omar Bajá, que era el jefe del ejército turco, presenciando los enormes contingentes de maniobras y batallas principales del conflicto. En este tiempo se produce la revolución de 1854, protagonizada por O’Donnell que entrega el poder a Espartero, el mismo que contribuyo en derrotar a Prim en la sublevación de Reus, diez años antes.
Después de largos periodos fuera en el extranjero, ahora permanecerá casi siempre dentro de España, estará como político, como militar, se casa y de nuevo pasa por un consejo de guerra.
Interviene en la política activa y se presenta por la circunscripción de Barcelona. En su lucha política destaca al oponerse a la reforma de los aranceles, que choca con los intereses de Cataluña y por ello se gana la estima de la Junta de Fábricas y con ello su apoyo futuro. En 1856 regresa a las labores militares, es ascendido a Teniente General y enviado a Capitanía General de Granada, para hacer frente a los problemas en Andalucía, que controla con habilidad.
Este mismo año se toma un descanso para casarse en la francesa iglesia de Madeleine, con la joven mejicana llamada Francisca Agüero González.
Al regreso, redacta una carta en defensa de sus amigos de Barcelona, en la que ataca duramente al Gobernador de Barcelona y es publicada en el periódico La Iberia el 6 de enero de 1857. Las consecuencias de ello es el nuevo consejo de guerra que le condena a seis meses, a cumplir en Alicante y Toledo. Cumple la sanción, se va a Francia, concretamente a Vichy por problemas de salud.
México estaba inmerso en luchas civiles entre conservadores liderados por Marimon y federales dirigidos por Juárez, alternaban en el poder según evolución del conflicto. Las naciones europeas estaban más próximas a Marimon, por motivos de orden y defensa de la religión, mientras los EEUU prefería apoyar a los federales. Francia, Inglaterra y España firman un acuerdo el 31 de octubre de 1862, para intervenir en México por diferentes motivos. España quería le compensaran las deudas, se respetaran los intereses de los españoles de allí y que la situación no fuera a peor. Inglaterra, además de esto último, no deseaba una mayor influencia de los EEUU. Francia, tenía en realidad puesta su idea, en apoyar una posible monarquía.  Prim fue nombrado representante político y al mando de 6.000 españoles efectivos, para el apoyo de las reivindicaciones. Por no estar de acuerdo con la postura francesa, tanto los ingleses como los españoles, tomo una discutida decisión, que le causo futuras críticas y problemas políticos. En abril de 1863 retiro las tropas y libro a España de los dramáticos sucesos que el país tuvo que sufrir en los siguientes años.
Regresa de México y Prim se fue radicalizando. Se vio implicado en alzamientos militares en Navarra, Valencia y Aranjuez, por lo que como resultado le lleva otra vez al exilio en Portugal, Francia, Bélgica e Inglaterra.
Era casi la totalidad de los partidos los descontentos con el régimen de Isabel II. Sus detractores estaban divididos en tres grupos: Los unionistas (defensores de la soberanía popular), los monárquicos (no veían mal la monarquía, pero no borbónica) y los partidarios de la libertad pero con orden (Republicanos, intelectuales y tecnócratas). Estos partidos firmaron en 1866 la Convención de Ostende, por la que se comprometían a derribar a Isabel II, convocar las cortes por sufragio universal y que estas determinaran el futuro régimen.
Estalla en septiembre de 1868, con el nombre de “La Gloriosa”. El Almirante Topete sublevo a la escuadra en Cádiz e inmediatamente se pronunciaron el general unionista Serrano y el progresista Prim. La Constitución de 1869, subió a Serrano, duque de la Torre a la regencia y a Prim a la presidencia del Consejo de ministros.
La Constitución aceptaba la monarquía y es el Presidente del Consejo el encargado de buscar monarca. Prim tenía preferencia por un Hohenzollern o un Saboya, pero la situación tan complicada del país hace no encontrar candidato a la Corona. Finalmente Amadeo de Saboya, duque de Aosta, acepto la oferta convirtiéndose en Amadeo I, el primer rey democrático de España. La misma noche que el nuevo rey pisaba tierra española en Cartagena, el 27 de diciembre de 1870, Juan Prim sufre un atentado en la calle Turco de Madrid, de cuyas heridas falleció el 30 de diciembre de 1870.        
Este era Juan Prim y Prats, heroico, popular y caudillo, pero en realidad era mucho más que solo eso. Un hombre capaz y ambicioso como militar y como político, lo que le tarjo una gran cantidad de enemigos y a la envidia de otros muchos.
En resumen la vida de Prim, de este polifacético personaje al que le toca vivir en una etapa de la historia de España muy compleja y convulsa.
Este es mi homenaje al casi desconocido personaje catalán, pero que los del club de la estupidez ignoran y con ello, destruyen parte de la historia catalana.

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