sábado, 29 de septiembre de 2012

LAS CLAVES DEL SECESIONISMO (IV):


Altavoces mediáticos de la independencia
Por Cristina Rubio Barcelona
El Ejecutivo de Artur Mas sólo subvenciona a radios, periódicos, televisiones o incluso webs en catalán. 
Cuando CIU llegó a la Generalitat en el ocaso de 2010 y se encontró con un agujero negro de mas de 34.0000 millones de deuda, decidió iniciar una severa batería de recortes que desembocaría en soluciones tan impopulares como el cierre de ambulatorios o el despido de más de 1.000 profesores interinos. Por lo que no optó el Ejecutivo de Artur Mas fue por cortar de raíz las subvenciones a medios de comunicación y tan sólo las limitó a televisiones, radios y periódicos que fomentaran y consolidaran «el espacio catalán de comunicación». Lo que, traducido, supuso más de dos millones de euros para entramados empresariales como el Grupo Godó, editor de La Vanguardia, o Zeta, de El Periódico de Catalunya.
El Grupo Godó forma parte activa de la llamada burguesía empresarial catalana, ese lobby que tanto tiene que decir en el giro independentista que ha tomado el Gobierno catalán tras la masiva manifestación de la Diada. Se trata del primer holding de comunicación de la Historia de España, con más de un siglo de vida a sus espaldas.
Si en Cataluña se dice coloquialmente que la Caixa y el Barça tienen igual o más poder que la propia Generalitat, La Vanguardia sería su equivalente en el terreno de los medios impresos. Se trata de una cabecera afín a CiU, donde la presencia de consellers o del propio president es más que habitual entre sus páginas.
El año pasado, y en plena oleada de recortes, el Grupo Godó se benefició de una inyección extra de dinero por parte de la Generalitat (en concreto, de 715.700 euros) para la edición en catalán de su periódico, que vio la luz en mayo de 2011. Sin embargo, ésta fue sólo la punta del iceberg después de conocerse que el Ejecutivo de CiU otorgó a dedo alrededor de 5,5 millones de euros a la rotativa Cre-a Impresiones de Catalunya SL para imprimir la versión catalana de La Vanguardia. O que el Govern invirtió en Publipress Media (la primera central de ventas publicitarias de Cataluña, controlada por el Grupo Godó), una cifra que rondaría los dos millones de euros por insertar cápsulas informativas en las emisoras del holding de comunicación.
La cabecera del Grupo Godó es, además, la que reparte más ejemplares gratuitos, gracias a convenios con Renfe, Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) o bibliotecas. En total, y según los últimos datos de la Oficina de la Justificación de la Difusión (OJD), 57.209 ejemplares de los 172.813 diarios de La Vanguardia se distribuyen de forma gratuita.
También destacan las subvenciones estructurales (que se miden según el número de espectadores o lectores del medio) que se otorgaron a la televisión de Godó, 8tv, de algo más de 200.000 euros, o a sus emisoras bajo el paraguas de Rac1. En total, alrededor de ocho millones de euros para el grupo mencionado durante 2011.
Aunque no está al nivel de su competidor en los quioscos catalanes, El Periódico de Catalunya también se llevó un buen pellizco de las arcas públicas de la Generalitat. En concreto, 268.972 euros por su edición catalana y 38.648 euros por la versión digital, además de haber recibido una partida extra de 294.227 para la «integración de redacciones de El Periódico de Catalunya, mediante un gestor de contenidos global», y otros 180.000 euros por su quiosco digital propio, e-periodico.
A esta nueva lista de subvenciones ha entrado con fuerza el Ara, el periódico en catalán que llegó a los quioscos justo el día de la victoria de Artur Mas en la contienda electoral de 2010.
El rotativo nació con un pan debajo del brazo: 990.000 euros de subvención por parte del Gobierno tripartito, una de las últimas que otorgó en su mandato.
En 2011, la ayuda económica ascendió a 315.000 euros, entre el dinero que se quedó en la cabecera, el destinado a la web y el que sirvió para financiar el suplemento Ara Més. A esto hay que sumarle la aportación económica de pesos pesados de la sociedad catalana, entre los que destaca Ferran Rodés, el grupo Cultura 03, la familia Carulla o nombres mediáticos como Toni Soler, Antoni Bassas y Albert Om, hombres fuertes de TV3 y Catalunya Ràdio.
El cuarto periódico catalán en discordia es El Punt/Avui, tras fusionarse por los malos resultados económicos del segundo. El resultado: 303.000 euros de subvención, a lo que hay que sumar otros 300.000 entre ambas cabeceras.
Por Cristina Rubio Barcelona
De la pequeña pantalla al atril
Son muchos los rostros conocidos para los telespectadores catalanes que el otro día participaron de forma activa en la marcha de la Diada o se han convertido en agitadores de la causa independentista. La ex directora de TV3, Mònica Terribas (a quien CiU apartó de la dirección de la cadena hace unos meses), ejerció de presentadora en los actos del 11-S y arrancó los primeros aplausos del día al pronunciar una cita del autor Joan Sales: «Desde hace 500 años, los catalanes hemos sido unos imbéciles. ¿Se trata pues de dejar de ser catalanes? No, sino de dejar de ser imbéciles» . La encargada de cerrar los actos independentistas de la Diada también es un rostro conocido: se trata de la actriz Txe Arana, habitual en series de la cadena, que ya leyó el manifiesto contra la sentencia del Tribunal Constitucional respecto al 'Estatut' el 10 de julio de 2010. Caso aparte es el de Miquel Calçada, conocido popularmente como 'Mikimoto'. Después de su exitoso paso por TV3 y Catalunya Ràdio, se ha tomado un tiempo sabático para estudiar un máster en administración pública en EEUU. Todo para prepararse de cara a su eventual salto a la política, como ya ha manifestado en más de una ocasión. «El día que seamos independientes, nos sorprenderá la buena relación que tendremos con España», aseguró en una entrevista reciente al diario 'Ara'. Otro de los ilustres es Joel Joan, que empezó su andadura como actor de telenovelas en TV3 antes de dar el salto al panorama televisivo nacional gracias a la serie 'Periodistas' y a su personaje de Willy, el fotógrafo. Ahora es el máximo exponente del independentismo y participó activamente en la Diada. «Cuando se gire tortilla, los que no sean independentistas serán traidores», llegó a decir

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