sábado, 29 de septiembre de 2012

LAS CLAVES DEL SECESIONISMO (V):

Les publico la quinta entrega de este interesante análisis del independentismo, para que puedan saber como se creo y como actúa. Mi total afirmación a todo lo aquí publicado.
La posición de los creadores

Por Nuria Cuadrado Barcelona 
                                                                                                                                   La cultura no aporta el matiz de grises
Pocos intelectuales descubren públicamente sus cartas y algunos denuncian una suerte de “ley del silencio”.
«¡In-de-pèn-den-cia!» y ondear de banderas. Era el 20 de septiembre, pocas horas después del no de Mariano Rajoy al pacto fiscal de Artur Mas; y, en la primera línea de tan poco espontáneo homenaje, un paso por delante de la multitud, cuatro figuras de la cultura catalana: el filósofo Xavier Rubert de Ventós, el historiador Jaume Sobrequés, el cineasta Ventura Pons y la productora Isona Passola. Cuando preguntas por qué dieron la cara ellos y no otros, la respuesta es que había más en camino, pero que no lograron abrirse paso entre la multitud. Entre ellos podrían estar, quizás, Lluís Llach, uno de los fundadores de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), organizadora de la última manifestación de la Diada, el actor Joel Joan o el escritor Jaume Cabré (Señoría o Las voces del Pamano). Pero tampoco muchos más.
«En el gremio de las letras, entre quienes escribimos en catalán, como quien más y quien menos ha padecido por escribir en una lengua minoritaria, se ha sentido como un enano contra un gigante, y la tendencia es independentista», explica Miquel de Palol (El jardín de los Siete Crepúsculos), defensor de una Cataluña independiente, «pero no de cualquier Cataluña, ni de una Cataluña liderada por mediocres. Soy consciente de que nos encontraríamos con muchos problemas, que no sería vivir en Jauja por arte de magia, que sería un proceso complicado en el que se tendrían que definir muy bien cuestiones financieras, sociales y diplomáticas».
Pero si De Palol defiende que no son sólo los escritores en catalán quienes comparten su independentismo, sino también otros que usan el castellano -incluso procedentes de Latinoamérica-, para cualquiera se hace evidente que son muchos quienes caminan en dirección contraria. Y, aunque la mayoría ahora opta por callar, quienes sí hablan lo hacen sin miedo a las consecuencias. Y, entre ellos, Félix de Azúa, quien estuvo entre los pilares de los que surgió Ciutadans. «Estoy en contra del nacionalismo catalán desde que lo reconocí como heredero directo del nacionalismo franquista», apunta De Azúa, quien sólo encuentra una razón para explicarse el auge del indepentismo: «El dinero». Explica que «una vez han convencido a una parte de la población de que los españoles les roban, ha sido fácil hacerles creer que en una Cataluña independiente nadie les va a robar y serán todos ricos. Lo cual contradice el comportamiento cleptómano de Convergència de los últimos 30 años». Y aún añade: «Cuando la gente entra en una dinámica nihilista, no hay nada que hacer. Ruina económica y nacionalismo fueron el origen del Tercer Reich».
El blanco y el negro admiten pocos matices. El gris está repleto. Y en esos grises es donde se mueven muchos, aunque pocos hablen. Uno que sí lo hace, aunque sabe que se la puede jugar, es Daniel Fernández, editor de Edhasa: «Lo peor es estar en medio», admite Fernández, que reivindica que «no es incompatible ser español y catalán», además de apuntar que la independencia es un concepto «decimonónico» en una Europa «en la que los estados deberán ceder soberanía nacional hacia arriba y hacia abajo». También busca explicación a lo ocurrido:«El sueño de la revolución pendiente se ha sustituido por el sueño de la independencia. Una ilusión colectiva que, hasta que la definan, es como un espejismo: falta saber cómo, cuándo, de qué forma, asumiendo qué parte de la deuda española, con el castellano como lengua cooficial o con el catalán como lengua propia y única...» ¿El camino a seguir? Aunque dice que «el PSOE está despistado y el PSC en los escombros», cree que «el socialismo debería ser capaz de liderar un nuevo proceso constituyente español porque ésta debería ser una época de grandes acuerdos y no de grandes desacuerdos».
Sobre cómo afectaría una hipotética independencia a la cultura catalana tampoco hay acuerdo. Mientras De Azúa apunta a que «se convertiría en una cultura como la eslovena o la croata, sólo para uso local», De Palol apuesta justo por lo contrario: «Las letras nacionales tendrían más presencia, internacionalmente y en nuestra sociedad». Pero, ¿y quiénes escriben en castellano? «Actualmente se enfrentan a un vacío legal que les deja sin acceso a las ayudas. En una Cataluña independiente deberían ser una minoría protegida, tanto por las leyes catalanas como por un Instituto Cervantes que abriría sede en Barcelona para evitar que el español perdiera presencia», imagina De Palol, que visiona una situación que no se sabe si contentaría a nombres como los de Juan Marsé, Eduardo Mendoza, Ana María Matute o Enrique Vila-Matas.
Sus palabras parecen encontrar apoyo en uno de los asesores más cercanos de Artur Mas, Agustí Colomines, presidente de CatDem, el think tank de CiU, «encargados de llenar de contenido la propuesta de transición nacional», que apunta a que en una Cataluña independiente, «si tuviéramos que volver a presentar nuestra literatura en Fráncfort, podríamos acudir con nuestros escritores en las dos lenguas». Sólo entonces, apunta, una Cataluña independiente podría conceder un premio Nacional de Literatura, el que concede la Generalitat, a un escritor que creara en castellano.
Colomines, a quien algunos llaman el príncipe de las tinieblas (y parece entenderlo como un halago), sería a quien correspondería maniobrar en la sombra para modificar las estructuras de la cultura en Cataluña: muchos ven su mano no sólo en el nombramiento de Ferran Mascarell como conseller (antiguo socialista y federalista que es ahora un independentista convencido), sino también en la llegada a liderar el Instituto de las Empresas Culturales de Gorka Knörr, quien fuera cargo de los independentistas vascos de Eusko Alkartasuna. Y son Colomines, con Mascarell y Knörr, quienes más pueden hacer para que el independentismo catalán tenga una canción, una película y un libro.
El PNV posibilita a Bildu una moción independentista
Se abstiene para que salga una resolución que reclama pasos hacia la secesión.
 Un día después de que el presidente de la Generalitat planteara un órdago al Gobierno con su compromiso para convocar un referéndum sobre la autodeterminación, el PNV dio un paso para que las instituciones vascas avancen en el camino soberanista emprendido por Cataluña.
Los nacionalistas posibilitaron ayer con su abstención que las Juntas Generales de Guipúzcoa demanden pasos decididos a las instituciones vascas para la consecución de la independencia del País Vasco. Con su voto, permitieron que saliese adelante una moción presentada por Bildu que demanda a la Diputación que trabaje en la elaboración de una «hoja de rota» para lograr la autodeterminación.
El texto, aprobado con los votos de Bildu y Aralar, la abstención del PNV y el rechazo de PSE y PP, asume la soberanía vasca en aras a «hacer frente a los constantes ataques en múltiples ámbitos por parte del Gobierno del Estado». Por ello, el Parlamento guipuzcoano hace un llamamiento al Gobierno foral a «asumir el liderazgo» para la elaboración de un itinerario, «junto con los agentes», que tenga «como objetivo la independencia».
En un principio, el PNV iba a votar a favor de la proposición abertzale, tal y como adelantó su portavoz, Eider Mendoza, aunque las referencias de Bildu al primer presidente del Gobierno vasco, José Antonio Aguirre, durante el debate de la proposición llevó a la formación nacionalista a abstenerse finalmente.
La juntera jeltzale se mostró «ofendida» con la intervención de la portavoz de Bildu, Idoia Ormazábal, comparando al actual diputado general de Guipúzcoa, Martín Garitano, con Aguirre. «Aguirre era respetuoso con los derechos humanos», les espetó. Pese a estas críticas, el PNV permitió que saliese adelante el texto abertzale.
Video análisis de M. Ramírez.

Un día después de que el presidente de la Generalitat planteara un órdago al Gobierno con su compromiso para convocar un referéndum sobre la autodeterminación, el PNV dio un paso para que las instituciones vascas avancen en el camino soberanista emprendido por Cataluña.
Los nacionalistas posibilitaron ayer con su abstención que las Juntas Generales de Guipúzcoa demanden pasos decididos a las instituciones vascas para la consecución de la independencia del País Vasco. Con su voto, permitieron que saliese adelante una moción presentada por Bildu que demanda a la Diputación que trabaje en la elaboración de una «hoja de rota» para lograr la autodeterminación
El texto, aprobado con los votos de Bildu y Aralar, la abstención del PNV y el rechazo de PSE y PP, asume la soberanía vasca en aras a «hacer frente a los constantes ataques en múltiples ámbitos por parte del Gobierno del Estado». Por ello, el Parlamento guipuzcoano hace un llamamiento al Gobierno foral a «asumir el liderazgo» para la elaboración de un itinerario, «junto con los agentes», que tenga «como objetivo la independencia».
En un principio, el PNV iba a votar a favor de la proposición abertzale, tal y como adelantó su portavoz, Eider Mendoza, aunque las referencias de Bildu al primer presidente del Gobierno vasco, José Antonio Aguirre, durante el debate de la proposición llevó a la formación nacionalista a abstenerse finalmente.
La juntera jeltzale se mostró «ofendida» con la intervención de la portavoz de Bildu, Idoia Ormazábal, comparando al actual diputado general de Guipúzcoa, Martín Garitano, con Aguirre. «Aguirre era respetuoso con los derechos humanos», les espetó. Pese a estas críticas, el PNV permitió que saliese adelante el texto abertzale.

Por J. M. Alonso  San Sebastián

López: «La independencia, el peor negocio de la Historia»

La argumentación del lehendakari López contra las aspiraciones de independencia catalanas o vascas fueron contundentes. «Si alguien pide la independencia por motivos económicos, está haciendo el peor negocio de la Historia», advirtió ayer para después precisar los motivos: «¿Quiénes pagarán las pensiones?», se preguntó, «tenemos un déficit de 800 millones al año. ¿Y el AVE, casi 3.000 millones? Y el resto de las empresas ¿dónde pagará el IVA? Esto no es ninguna broma».
López utilizó cifras relativas al País Vasco pero, en realidad, respondía a una pregunta sobre las similitudes entre Ibarretxe y Artur Mas. Constató que los planteamientos de ambos son los mismos y vaticinó que su actitud lleva a la ruptura, no con España sino «de la sociedad catalana o vasca». «Algunos se suben a la ola y no saben cómo bajarse», aseguró tras mostrarse partidario de mejorar la financiación catalana sin poner en peligro al resto del Estado. Reivindicó su pertenencia a un partido «federal y federalista», pero se inclinó por un gran pacto de estabilidad impulsando la reforma del Senado y un sistema de lealtad institucional mutua que rompa la «deriva centralizadora» actual
Video análisis de M. Ramírez.
Á. E. Madrid

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